Esta situación pone entre las cuerdas al gobierno chino y amenaza las perspectivas de recuperación de la segunda economía mundial.
Las exportaciones de China cayeron más rápido de lo previsto en julio, desplomándose en un 14,5% respecto al año pasado. En junio ya hubo una caída del 12,4%, según los datos aduaneros.
Y el superávit comercial global del país se redujo en un 20,4% desde un máximo histórico hace un año.
La demanda de exportaciones chinas se enfrió después de que la Reserva Federal y los bancos centrales de Europa y Asia comenzaran a subir las tasas de interés para atajar la inflación.
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